Wuhan vuelve a la normalidad a medida que el virus se debilita en la ciudad China que fue epicentro de la pandemia por covid-19.
La gente vuelve a darse un chapuzón en el correntoso río Yangtsé, y ya se puede ver a los visitantes asiduos del río refrescados por el frío matutino del invierno y una zambullida en las aguas de este afluente que muchos atribuyen su buena salud a los baños refrescantes de estas aguas turbias y marrones.
Algunos consideran que hay claras diferencias entre nadar en invierno y hacerlo en verano, porque después de probarlo es posible que más nunca se cambie el hábito y se vuelva adicto al Yangtsé.
El fundador de la china comunista Mao Zedong, popularizó esta práctica en 1966, con un baño escenificado en el río Yangtsé, que ayudó a relanzar su carrera política y ahora casi 50 años después, su imagen política de hombre fuerte sigue a flote.
RESCATITAS VOLUNTARIOS
A sus casi 70 años, los ciudadanos chinos vieron que Zedong, nadaba en el Yangtsé, así que aprendieron a nadar las grandes olas del río, y es que para los buenos nadadores es una buena diversión, pero también hay peligro de ahogamiento.
Por ello, un cuerpo de voluntarios de 2.000 hombres se prepara para casos de emergencia y hasta la fecha llevan 700 rescates. Anteriormente, los propios nadadores salvaban a la gente, antes que formaran u equipo oficial de voluntarios, pero no tenían los conocimientos especializados y decidieron organizarse y entrenarse para hacer operaciones de rescates profesionales en el río Yangtsé.
Y cuando llega el invierno no para el flujo de personas que nadan en el Yangtsé, otra señal que la ciudad está recuperando su vida anterior y sus ganas de salir a disfrutar el día.
Con Información de www.dw.com